domingo, 15 de diciembre de 2013

PARECE QUE TE DESDIBUJAS, MARÍA














A ratos viene la nostalgia, mi querida María,
mi hermosa María,
y te desdibuja... te desdibujas.
Viene la soledad y te aleja de mí.
Te pierdes entre los grises de mis inseguridades
y te vuelves utopía impredecible.

¡Cómo te explico, mi pequeña,
que en mi pensamiento existes
desde hace varios ayeres!
¡Cómo te hago comprender
que ni siquiera has sido engendrada
pero tu alma ya habita en mi corazón!

Violeta dulce, rocío de la mañana,
mi más colorido día de sol.
Te reflejas en el agua con tus infinitos rulos,
tu carita tierna hace resaltar
esos ojos redondos, castaños
que hacen florecer todo lo que miran.

Tus hoyuelos son mis hoyuelos,
lindos de pronunciados.
Tus manos suaves acarician 
cada hoja de árbol
y van entibiando 
la superficie de todas las cosas.

Hija mía, resplandeces en el horizonte
y jugueteas en las nubes,
esperando ver llover.
Y así como te pienso, te sueño
entre jardines verdes, fuentes traviesas
y flores de algodón.

Pero hay mañanas como las de hoy
en las que siento que te pierdo.
Si bien no has de nacer para quererme
mi mente ya ha bordado 
las mejores ilusiones para ti
y los más grandes compromisos.

Sonríe, María, 
y el mundo siempre sonreirá para ti.
Por lo pronto, hoy sólo espero un cielo rojo,
mañana hará buen tiempo,
espero,
 para ti y para mi.

lunes, 2 de diciembre de 2013

DE DESEOS ESTÁ LLENO MI ARBOLITO

"De deseo somos...

La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quien tocar. Tenía boca, pero no tenía con quien hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna.
Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.
Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.


Eduardo Galeano. Espejos. Una historia casi universal.
Siglo XXI. Madrid. 2008".



“El deseo invade lo que somos. Nos llena. Le pone movimiento a lo que aspiramos. No es sólo desear por desear. Es anhelar aquello que nos hace bien y aquello que también le hace bien a los demás, especialmente a los queridos. Ya sea alguna circunstancia, situación, estado o bien, el deseo acompañado de buena suerte (ésta definida como lo que se une a favor de nosotros y que no está bajo nuestro control) sirve como excelente pócima para que, a través de la alquimia de la vida, sigamos transformando nuestros pensamientos e ilusiones en actos concretos. No hay mejor regalo que desear aquello que viene sucediendo o lo nuevo que queremos que pase”.