CUANDO YA NO HAY NADIE
Me da gusto que nos fuimos
Me da gusto que la alegre rebeldía te haya llevado
Me da gusto que nos desprendimos
De ese mal necesario que tanto soportamos
Fue nuestro feliz choque de inconscientes
Que se queda sellado ahí donde nos necesitamos
Ahí donde fuimos y nos alargamos
Donde tu creías poco en el futuro
Y yo vivía en el pasado, llena de platónicos idealizados.
Sanaste en tu nueva familia,
Sanaré en mi hermosa soledad
Y que no nos vengan a decir que sólo escribiendo se conoce a la gente
Que las distancias son muy grandes para hacer el esfuerzo de conocernos y reconocernos
Que no nos cuenten
Porque de voluntad esta hecho todo
Porque de voluntad estamos hechos, tú y yo.
lunes, 2 de octubre de 2017
lunes, 14 de agosto de 2017
REÍR, REÍRTE
La pregunta de todos los días,
de los recientes días:
¿andarás de mañana,
de noche o de tarde?
¿Andarás con esa sonrisa
que me encanta al mirarte?
Ingenioso al hablar,
en la sala de cine te gusta comentar,
voltear y mirarte,
reír y reírte.
Con esa gracia de disfrutarte
mientras me imagino
cómo será sentir, sentirte,
en la mañana y en la noche,
todos los días, de tarde en tarde.
Serán días azules sin eclipses
con la esperanza de siempre
verte a los ojos y,
reír, reírme.
domingo, 2 de julio de 2017
OTOÑO MÍO
Eres un sueño dormido, un ángel que conocí hace mucho tiempo, una esperanza azul y a la vez el horizonte más tierno que he recordado.
Te extrañé por la mañana, te pensé por la tarde, te quise tener cerca por la noche.
No sabía que habías crecido casi de la misma manera que yo, no sabía que tus inseguridades y tus temores fueron los míos. ¡Y tan lejos que los experimentamos, cuando hubiéramos podido cobijarnos bajo el mismo cariño y el mismo abrazo!
Abrazos... eso me recuerda el tan breve que me diste cuando te volví a ver y el último que me hubiera gustado darte, largo y profundo.
Eres sencillez y templanza, eres ternura y experiencia. Eres la promesa que le pediría a la vida para el resto de mi viaje.
Eres esos hermosos negros que me miran y saben sonreír conmigo. Eres una partecita de mi que está prendida de tu corazón.
Pero a la vez que te quiero, debo cuidarte, debo de conservar distancia y estar en la medida que me requieras, sea la siguiente semana, sea nunca jamás.
Hace once años que te dejé de ver y mi intuición en ese entonces no estaba equivocada, tú eras un sol tibio que calienta de a poquito y que sabe fluir al ritmo del universo.
Otoño mío, te quiero y mi forma de estar contigo es a través de mis letras, sin que te lastimen, sin que te sean amenazantes y cobijarte con mi pensamiento y mi corazón.
Te hablaré desde mis sueños despiertos. Te hablaré desde mi soledad.
Solo ya no estarás.
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