Hay momentos que la mar está callada, en silencio,
como esperando algo que no necesita ser esperado.
Porque está.
Las olas se deshacen y se funden en una horizontal
sin curvas ni remolinos, sin dimes ni diretes.
La mar quiere callar y ser simplemente agua
a pesar de que exista
un universo caótico bajo la superficie.
La mar quiere decidir y convencerse
que esta calma puede durar mucho tiempo
aunque también puede desencadenar
alegría y bullicio
pero un bullicio controlado
muy diferente a las tormentas pasadas.
Porque no se trata de olvidar.
Se trata de seguir siendo elemento, vida,
con todas las contradicciones del caso
y considerando el clima impredecible que pueda asomar.
En resumen, la mar busca pertenecer, arraigarse
... la mar quiere un hogar.
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