miércoles, 9 de enero de 2019

EL LLAMADO DE LOS FANTASMAS: TRES MONEDAS DE PLATA.

Bajo la apacible luz de Luna
emerge una melodía familiar
como canto de sirena
como estruendoso batir de olas
surge el fantasma
bajo la superficie espumosa del agua sola.

No sonríe, sus ojos fijos
sólo penetran para vaciarse
en el punto más cálido del agua.
Espectral, sin sentido,
acecha a la tranquilidad
de las caóticas mareas en el amanecer.

Extiende la mano,
solicitando sólo tres denarios,
uno por cada año
de los días felices
que estaban llegando.

¡Cómo no complacerlo
a pesar del bolsillo vacío
de diamantinas y sonrisas!

Pero es tarde,
el mundo es otro,
diferente al que habitó
cuando alguna vez estuvo vivo.
No queda ya ni centavos,
ni monedas, ni denarios
y la figura vegetativa
tiende a marcharse.

Sigue prometiendo...
muy en el fondo sabemos
que no cumplirá.
Y seguiremos enredándonos
en los obscuros abismos del mar.
(Ya lo sé,
nuevamente traeremos roto el corazón).




sábado, 8 de diciembre de 2018

EN ESTE AMOR SE ME VA LA VIDA

Seis años y la vida me sigue contando cada uno de los suspiros,
cada uno de los encierros, cada una de sus palabras, 
cada uno de sus te quieros.

No tengo fuerzas ni valentía para arriesgar lo poco, lo tardío 
que se me ha presentado para soñarlo, desearlo, escucharlo,
mantener este fino hilo entre su pensamiento fugaz y mis ansias eternas. 

Lo extraño, lo quiero, lo veo, en cada poro de mi cuerpo, 
en cada carretera que transito, en cada avión en el que me subo, 
lo llevo prendado de mi pelo, sujetado al dije de mi pecho 
y enrollado en la plata de mi anillo.

Es la sonrisa de mi horizonte, la voz que me eriza, 
el silencio que acaricia cada una de las noches de su ausencia. 
Tengo pocos sueños rotos porque han formado la nube de mi universo,
tengo lágrimas de amor entumecidas en cada de una de mis mejillas. 

Le amo, como siempre, como todos los días


y en este amor, se me va la vida. 


lunes, 2 de octubre de 2017

CUANDO YA NO HAY NADIE


Me da gusto que nos fuimos
Me da gusto que la alegre rebeldía te  haya llevado
Me da gusto que nos desprendimos
De ese mal necesario que tanto soportamos

Fue nuestro feliz choque de inconscientes
Que se queda sellado ahí donde nos necesitamos
Ahí donde fuimos y nos alargamos
Donde tu creías poco en el futuro
Y yo vivía en el pasado, llena de platónicos idealizados.

Sanaste en tu nueva familia,
Sanaré en mi hermosa soledad
Y que no nos vengan a decir que sólo escribiendo se conoce a la gente
Que las distancias son muy grandes para hacer el esfuerzo de conocernos y reconocernos
Que no nos cuenten
Porque de voluntad esta hecho todo
Porque de voluntad estamos hechos, tú y yo.

lunes, 14 de agosto de 2017

REÍR, REÍRTE

La pregunta de todos los días,
de los recientes días:
¿andarás de mañana,
de noche o de tarde?
¿Andarás con esa sonrisa
que me encanta al mirarte?
Ingenioso al hablar,
en la sala de cine te gusta comentar,
voltear y mirarte,
reír y reírte.
Con esa gracia de disfrutarte
mientras me imagino
cómo será sentir, sentirte,
en la mañana y en la noche,
todos los días, de tarde en tarde.
Serán días azules sin eclipses
con la esperanza de siempre
verte a los ojos y,
reír, reírme.


domingo, 2 de julio de 2017

OTOÑO MÍO




Eres un sueño dormido, un ángel que conocí hace mucho tiempo, una esperanza azul y a la vez el horizonte más tierno que he recordado. 
Te extrañé por la mañana, te pensé por la tarde, te quise tener cerca por la noche. 
No sabía que habías crecido casi de la misma manera que yo, no sabía que tus inseguridades y tus temores fueron los míos. ¡Y tan lejos que los experimentamos, cuando hubiéramos podido cobijarnos bajo el mismo cariño y el mismo abrazo! 
Abrazos... eso me recuerda el tan breve que me diste cuando te volví a ver y el último que me hubiera gustado darte, largo y profundo.
Eres sencillez y templanza, eres ternura y experiencia. Eres la promesa que le pediría a la vida para el resto de mi viaje. 
Eres esos hermosos negros que me miran y saben sonreír conmigo. Eres una partecita de mi que está prendida de tu corazón. 
Pero a la vez que te quiero, debo cuidarte, debo de conservar distancia y estar en la medida que me requieras, sea la siguiente semana, sea nunca jamás. 
Hace once años que te dejé de ver y mi intuición en ese entonces no estaba equivocada, tú eras un sol tibio que calienta de a poquito y que sabe fluir al ritmo del universo. 
Otoño mío, te quiero y mi forma de estar contigo es a través de mis letras, sin que te lastimen, sin que te sean amenazantes y cobijarte con mi pensamiento y mi corazón. 
Te hablaré desde mis sueños despiertos. Te hablaré desde mi soledad. 

Solo ya no estarás. 

lunes, 5 de octubre de 2015

CARTA DE LA ABUELA


Mi querido nieto:
Muy pronto abrirás tus ojos y podrás conocer este mundo tan maravilloso que, por medio de tu madre, descubrirás. Probablemente yo no te acompañe toda tu vida, pero ten la certeza que mi corazón renacerá en ti el día que yo me despida de esta tierra. Pero… todavía tenemos tanto por vivir.
 
En primer lugar encontrarás un hermoso cielo azul como techo; montes, valles y volcanes como tus paredes. Será tu hogar este espectacular rostro de Dios y la hierba resucitará todos los días bajo tus pies, si la sabes cuidar. Anochecerá y aun así, sea en el campo o en la ciudad, ella volverá a sonreir con los rayos del sol y el agua clara que salta de la roca. Este será tu hogar y, por más que viajes a otras latitudes, un viento del centro vendrá por ti para recordarte que tu raíz, fuerte y segura, yace bajo este clima fresco y la altura del tiempo.
Compartirás tus primeros días con las personas que te criarán, te educarán, te bromearán y te amarán pues ellas también visten la sangre que corre por tus venas y arterias, la cual se evidenciarán en ese colorete que pinta tus mejillas y muestra a los demás que estás más vivo que nunca. Te llamarán por tu nombre, ese único, que aunque se repita en otras personas, sonará diferente pronunciado en los labios de tus padres y hermanos.
 
 
Crecerás con robusto tallo, darás fruto y semilla, porque mi niño, no eres de los seres que ha venido a ser abono: serás germen que alimenta, nutre y desprende energía por todos los poros. Yo sé, mi corazón, que algunos otros, no le entenderán de esa manera, porque querrán permanecer toda tu vida a tu lado, así como yo siempre lo quise desde la primera vez que te escuché, desde la primera vez que vi esa carita chispeante. Y así como yo, ellos, te dejarán ir. Por las demás, no te preocupes, sabrás reconocer las flores más bonitas, las reinas de entre todos los jardines, las cuales te recibirán con los brazos abiertos y muy probablemente a la mayoría tendrás que despedir con lágrimas en los ojos, porque las amaste más que a ellas a ti. No te preocupes, mi amor, siempre hay una, una única, una original, que querrá darlo todo con tal de reverdecer y dar sombra a tu lado. Esa llegará tarde o temprano, pero mientras tanto, pétalos de colores acariciarán tu cara y pensarás que tu corazón se querrá escapar de tu pecho: eso, mi vida, es el flujo de vida que te extasiará a borbotones y que no querrás nunca soltar. Aprovéchalo mientras puedas, sumérgete cada que se te presente porque si hay que experimentar límites, esos serán los que te hagan sentir más humano y más de este mundo.
 
Por último, mi tierno niño, no olvides de ser agradecido:
por la vida que se te concedió,  
por el trabajo que te ofrece este mundo tan desobediente y loco que a veces nos hace pensar que estamos hechos para él, cuando él debe entender que a él lo construimos nosotros
por todo el amor que recibas de tu casa-tierra y de los lazos a tambor batiente que surgen de las entrañas de los que caminarán junto a ti trayectos de este sendero que nos tocó recorrer.
 
Mi espíritu está en ti, porque todo el amor que te tengo lo envolví perfectamente para regalo y yace en cada beso que te he dado, como tatuaje, como recordatorio de que hay al menos una persona que vivió para verte feliz.
Me despido con una de las frases más conmovedoras y de las que aún recuerda mi mente añeja. Del grande Rabindranath Tagore: Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón seguirá hablándote.
 
Con demasiado cariño,
Tu abuela.

lunes, 21 de septiembre de 2015

EN EL CLAROSCURO DE LA BARRA DE ESTE BAR


El futuro no es un cliente frecuente en la barra de este bar.
En cambio, el pasado se contonea entre las mesas que acaban de limpiar.
Baila en la pista como si no quisiera parar, como si quisiera volverse eterno.
Y aparece una mujer que se ha perdido en su huella y en su mar.
La pintora de luz, le dicen algunos, otros simplemente, estupefactos, la mirarán.
Lo cierto es que ha despejado el ambiente y se ha sentado con su frescura
poniendo pinceladas en las paredes y coloreando con puntos brillosos cada uno de los vasos
que asoman, curiosos e infantiles, de sus cajas para verla resplandecer.
Es una mujer con brocha y paleta, es una mujer silente, que en las venas,
no trae más que claroscuros de su vida para decorar y dar vida
al añejo tiempo escondido en las paredes de este lugar.
No lleva más equipaje que cartuchos de tinta y óleo,
no tiene más sueños que poder despertar
al lado del hombre que un día decidió equivocadamente cerrar este bar.

 “Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción”.