Es una toxina,
y a la vez un dulce empalago en los labios;
es tierra seca olvidada
y también frías gotas que recorren
los tallos sombríos.
"Eres lo mejor para los demás
y lo peor para mí".
Aún así te llevo a cuestas
porque mi equipaje está vacío
y la maleta no se deja llevar así.
He decidido guardarlo muy bien,
sin mirarle el rostro, sin tocarle,
por miedo a que su fragilidad
queda esparcida por el piso
en fragmentos que ni yo misma
pueda levantar.
Y en el obscuro recóndito pozo de mi mente
permanecerá vivo,
listo para quitarle la envoltura
y el polvo
y decirle bienvenido,
aunque se que en realidad
nunca estará aquí.
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