viernes, 3 de mayo de 2013

QUIERO CONOCER

Todas las noches trato de bendecirte, inútilmente, porque de mí no brotan bendiciones, sólo intentos de plegaria que aquietan un poco el corazón.
De todos modos, estás presente por las mañanas; en las tardes, eres compañía lejana, y por las noches, de vez en cuando, te observo caminar.
Eres un fantasma desdibujado que con o sin voz recorre el recinto de mi mente y juega por las entradas y salidas de mi corazón.
Me encantaría saber lo que estás pensando, todas esas ideas que hilvana tu mente.
Quiero saber con qué te estremeces de pies a cabeza y qué cosas realmente te hacen sonreír.
Quiero conocer a la luz que guía mis pasos por el ancho y verde camino de este ancho y verde mundo.
Días hay en que sólo pasas y mi abrazo no logra alcanzarte. Es difícil entonces, es doloroso tal vez.
A pesar de esto, me doy cuenta en cada segundo que nunca seremos uno, ni habrá futuro para los dos.
Porque el tuyo es lienzo blanco listo para ser pintado y el mío, crónica de una muerte anunciada.


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