jueves, 18 de abril de 2013

A MI NIETO

Sábete bien, mi querido nietecito
que las alegrías son más brillantes
cuando se asoma una sonrisa en tus labios.
Te maravillas del mundo y 
el mundo se maravilla de ti.
Yo no sé qué sueños hilvana tu mente
ni cuáles son tus adorados deseos.
Sólo se, que aunque grande ya eres,
encontrarás un hogar propio,
un trabajo y una increíble pasión.
Y yo estaré de lejos, mirándote,
como mira una abuela de manos cansadas
la incandescencia de tu ser,
vivo, muy rico y seguro.
Te velaré tu descanso
para alejarte de atroces pesadillas
y seré el regazo que siempre 
esté disponible para ti.
Hallarás un amor
y cuando lo encuentres,
me desvaneceré en las sombras
para otorgarte esa luz
que un día me acompañó
y que será antorcha encendida 
para guiar el sendero 
de ese corazón tuyo,
eternamente azul. 


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